miércoles, 21 de abril de 2010

Un poco más de Bunge

Creo que amerita la presencia de Mario Bunge en estas páginas.
Se trata de una eminencia que -apenas, quizás- sea superado por Jorge Luis Borges.
Y, lo más importante, todavía vive. Y por ende, todavía sigue produciendo intelectualmente.
Es notable cómo defendió al ministro Lino Barañao de la Argentina ("Es el único ministro querido y además es apreciado por los científicos del país"). De hecho Barañao produjo el retorno de 700 especialistas del país que estaban diseminados por el mundo.
Aquí parte de un diálogo y sus "picantes" respuestas.

En los últimos meses hubo en la Argentina un debate con el titular del flamante Ministerio de Ciencia Lino Barañao, quien, por defender un modelo de investigador ligado a la tecnología industrial, afirmó que quienes se dedican a humanidades "hacen teología". ¿Qué opinión le merece esta visión de la investigación en filosofía?

Admiro al nuevo ministro de Ciencia por haber declarado que humanistas y científicos sociales hacen teología. No cualquiera tiene tanta competencia y autoridad intelectual como para hacer una declaración tan contundente. Me gustaría conocer sus argumentos, para cambiar de profesión a tiempo. Nunca es tarde para aprender que Aristóteles, Descartes, Spinoza, Voltaire, Russell y sus secuaces fueron macaneadores.

Siguiendo con la "teología": puesto que usted piensa que la religión debería ser asunto privado pero reconoce su incumbencia política (recordaba ideas de Maquiavelo: "es bueno que una comunidad política sienta que Dios está con ella"). ¿Qué vínculo debería mantener la filosofía con la religión?

Es claro que es preciso estudiar seriamente la religión, y de hecho eso se hace científicamente desde Emile Durkheim y Max Weber. Hay ciencias (la historia, la sociología y la psicología) de las religiones. Pero no puede haber una religión de las ciencias, ya que las religiones tienen misterios y exigen fe y rito, no experimentación, cálculo ni libre examen.

martes, 20 de abril de 2010

Elogio de un Mario a otro Mario


Mario Bunge representó uno de los primeros textos que estudié en la Facultad.

En realidad, su presencia era en la materia Metodología y Técnicas de la Investigación Social.

Una materia que amé en especial en el área de Epistemología, lugar donde el bueno de Bunge podía descollar desde la Filosofía de la ciencia.
Hay que decirlo claramente: este hombre es lo más parecido a un sabio que tiene Argentina.
¡Y vive aún!
Bueno. Aclaremos. Tiene un montón de años (casi 90) y además reside en Canadá hace mucho pero mucho tiempo.
Además tiene un estilo gentleman que mata (ver la foto).
En fin... Igual no puedo menos que reivindicar a este notable pensador contemporáneo.
Vayamos a algunas de sus frases que saqué de su obra citada más arriba.
Mientras los animales inferiores sólo están en el mundo, el hombre trata de entenderlo; y sobre la base de su inteligencia imperfecta pero perfectible, del mundo, el hombre intenta enseñorarse de él para hacerlo más confortable. En este proceso, construye un mundo
artificial: ese creciente cuerpo de ideas llamado “ciencia”, que puede caracterizarse como conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por consiguiente falible. Por medio de la investigación científica, el hombre ha alcanzado una reconstrucción conceptual del mundo que es cada vez más amplia, profunda y exacta.
Uno de los primeros conceptos y a la vez una de las primeras diversiones mías (pobre la diversión del pobre, eh) era lo que devenía del siguiente texto:
“Por ejemplo –continuaba el bueno de mi tocayo y proveniente delas playas donde en 1997 fuera cruelmente asesinado José Luis Cabezas, nada que ver pero muy cierto- el concepto de número abstracto nació, sin duda, de la coordinación (correspondencia biunívoca) de conjuntos de objetos materiales, tales como dedos, por una parte, y guijarros, por la otra; pero no por esto aquel concepto se reduce a esta operación manual, ni a los signos que se emplean para representarlo. Los números no existen fuera de nuestros cerebros, y aún allí dentro existen al nivel conceptual, y no al nivel fisiológico. Los objetos materiales son numerables siempre que sean discontinuos; pero no son números; tampoco son números puros (abstractos) sus cualidades o relaciones. En el mundo real encontramos 3 libros, en el mundo de la ficción construimos 3 platos voladores. ¿Pero quién vio jamás un 3, un simple 3?”

Y a continuación dibujaba (yo) un tres “antropomórfico” con patas y manos que entraba a la habitación y preguntaba: “Quién es Mario Bunge y dónde está…? Que tengo que hablar con él…”

Bueno, ya lo dije… las diversiones mías eran bastante pobres… en ese entonces...
Supongo que mucho no cambiaron...

lunes, 19 de abril de 2010

Requiem para uno que se va sin que lo echen

La historia me la mandó Marcelo Melo, compañero de trabajo.
Es un periodista que estaba en Clarín y se va porque siente que lo presionan.
Cuenta la historia completa de su caso. Y cómo no está conforme con la situación y decide renunciar.
Las conclusiones se las dejo a cada uno.


CLAUDIO DÍAZ: PORQUE RENUNCIÉ A CLARIN

(La renuncia es del 3-04-2010)
He tomado la decisión de renunciar al cargo de redactor que ejercía y, como es de rigor en estos casos, quiero despedirme de los amigos que gané durante mis siete años de permanencia en el diario y de los buenos compañeros con los que compartí muchas tardes entretenidas. Pero no quiero irme sin antes explicarles, a ustedes y también a quienes ocupan los cargos jerárquicos de esta empresa, los motivos de mi retiro. A fines de marzo la revista Veintitrés me pidió una opinión sobre el rol que cumplen los medios periodísticos y algunos intelectuales en la elaboración del discurso político actual. Yo efectué una dura crítica a lo que se da en llamar el Grupo Clarín y acentué, particularmente, lo que a mi criterio había sido una clara manipulación informativa durante la cobertura del conflicto Gobierno vs. Campo, tanto por parte del diario como de Canal 13 y TN. En este caso no hice más que expresar, libremente, la vergüenza que me provocó -como periodista pero también como simple ciudadano- el ejercicio “periodístico” del Planeta Clarín y sus satélites. La reacción por parte de la empresa, como es de suponer, fue inmediata. Y hasta la consideré razonable. Es más: a uno de los colegas aludidos, Julio Blanck, le dí explicaciones acerca de por qué yo lo incluía en una lista de hombres de prensa que -desde mi punto de vista- sostienen un discurso “progresista” pero le terminan haciendo el juego al llamado establishment. Hasta ahí todo bien. Lo que siguió después es distinto. Las autoridades editoriales (en este momento no se me ocurre otro término) le comunicaron a mis jefes que “de ahora en más” dejara de escribir la página 3 del Zonal (que se supone es la más “importante”) y que me limitara a hacer -es textual- “notas blandas”. Una estupidez, realmente. Pero pocas horas después se emitió otra orden: que no se me autorizara a tomar la totalidad de días de vacaciones adeudados, que había pedido para esta semana.. No dieron argumento alguno para justificar la negativa. La verdad es que por ninguno de estos dos castigos tendría que haberme hecho mala sangre. Sin embargo, dije “basta” y tomé la decisión de no seguir adelante con mi trabajo en el Zonal, harto del doble discurso de este diario, de su hipocresía, de pontificar en sus editoriales y notas de opinión una cosa para después hacer otra. Es tanta la repugnancia que sentí por quienes posan como adalides de la libertad de expresión que me dije a mi mismo: “hasta aquí llegué”. Quiero decir: hace más de 20 años que ejerzo el oficio de periodista; conozco perfectamente los condicionamientos que nos ponen para atenuar o directamente diluir nuestra vocación de contar y decir las cosas como uno cree que son, aun a riesgo de equivocarse. En fin, en casi todos lados he comprobado (eso tan viejo pero siempre vigente) que una cosa es la libertad de prensa y otra la libertad de empresa. Pero lo que viví en Clarín en los últimos tiempos superó todo… Gracias a Dios, ¡todavía tengo vergüenza! Pero lo que ya no tengo es estómago para tragarme las cosas que hace este diario en nombre del periodismo. A esta altura ya no puedo soportar tanto cinismo. Como cuando desde un título o una nota se insiste en que no decrece el nivel del trabajo en negro y las condiciones laborales son cada vez más precarias, siendo que en todas las redacciones del Grupo se emplea a pasantes a los que se los explota de manera desvergonzada, obligándolos a hacer tareas de redactor por la misma paga que recibe un cadete, sin obra social ni vacaciones. Es el mismo cinismo de despotricar contra la desocupación al tiempo que se lanzan a la calle nuevos productos sin contratar a trabajadores, duplicando y hasta triplicando el horario de los que ya están dentro de la maquinaria. Es el mismo cinismo de presionar a redactores para que se conviertan en editores, bajo la promesa (falsa) de que “algún día” se les reconocerá la diferencia salarial. Si, como se sostiene el martes 15 en la cotidiana carta del editor al lector, “son los medios y los periodistas los que deben regularse y actuar con responsabilidad democrática”, pues bien Sr. Kirschbaum, yo empiezo por esa tarea. Porque si Clarín tanto se rasga las vestiduras asegurando que respeta la libertad de expresión, ¿por qué sanciona a un periodista que vierte, ejercitando esa libertad de pensamiento, una opinión? Tengo otras cosas para decirle a usted y a quienes lo secundan (si es que a esta altura todavía están leyendo…): la demonización que practica el diario a través de un “inocente” semáforo que cumple la misión de dividir al mundo en ángeles y demonios (según el interés ideológico o comercial del Grupo), ha llegado al nivel de un verdadero pasquín que nada tiene que envidiarle a las publicaciones partidarias. Es peor todavía, porque éstas tienen la honestidad de reconocerse como expresiones de un partido político o de un espacio ideológico. En cambio, Clarín se imprime bajo el infame rótulo de periodismo independiente… En pos de engrosar la cuenta bancaria se ha perdido todo decoro. Da la sensación de que los que se llaman periodistas o columnistas ya ni sienten un mínimo de pudor por haberse convertido en contadores del negocio mediático, desvividos por saber cuánto dinero ingresa a las arcas; lo único que les falta es salir con el camión de Juncadella. Digo esto porque ha sido patética, en la misma carta del editor del martes 15, la reacción editorial contra otros medios periodísticos competidores que estarían atreviéndose a morder un pedazo del queso que el Grupo quiere deglutirse, como de costumbre, solito y solo, calificando a aquellos de miserables, travestidos y miembros de una jauría. ¡Después cuestionan a D’Elía o a Moyano por las palabras “ofensivas” que lanzan contra el periodismo independiente y democrático! La mayoría de quienes me conocen saben de mi simpatía y hasta cierta militancia por el peronismo. Pero también saben que no me une ningún tipo de relación con el gobierno, ni con su tan temido Observatorio de Medios, ni con los jóvenes de la Cámpora ni tampoco con sus “grupos de choque”. La aclaración vale para que estén tranquilos y no piensen que durante estos siete años fui un agente infiltrado en el Zonal Morón. Simplemente amo el trabajo periodístico, tengo pensamiento propio (aunque, qué le vamos a hacer…: no es el políticamente correcto) y un compromiso de honrar mi oficio. A Ricardo Kirschbaum, a Ricardo Roa y a tantos otros que mandan les digo que estoy preparado para asumir lo que venga, porque no me extrañaría que las redacciones de otros medios empiecen a recibir llamados telefónicos pidiendo que se me prohíba trabajar de lo que soy. Tan libre me siento, tan espiritualmente íntegro de poderles decir lo que les digo (aunque les resbale), que ya no me importa si la larga mano del Grupo le pone candado a mi futuro para no dejarme otra opción que trabajar como remisero o repositor de supermercado. Me voy orgulloso de haber seguido aprendiendo lo que es vocación, oficio, dignidad y ejercicio responsable del buen periodismo. Que me lo dieron los jefes de los zonales y un montón de amigos y compañeros a quienes no voy a nombrar para evitarles quedar marcados por mi cercanía afectiva. Me voy avergonzado de la conducta de quienes deberían honrar el trabajo periodístico y no lo hacen. POSDATA: Mis queridos amigos: aquí les he reenviado el texto del correo que despaché hoy a compañeros del diario y a los principales jerarcas (Kirschbaum, Roa, Blanck, Van der Kooy, entre otros) explicando los motivos de mi renuncia.Desde mañana, viernes, dejo de trabajar. Ya saben que también dejo el celular del Grupo.De modo que para comunicarse conmigo por ahora tienen el teléfono de casa y este correo. Espero contar con un nuevo celular la próxima semana.
Fuerte abrazo para todos.
Claudio.

lunes, 12 de abril de 2010

¿Qué hacer con un colega que dice pava-deces?


Un colega (de radio) viene y habla. Y dice "pava-deces". Y la dice con énfasis. ¿Qué puede hacer uno ante esta realidad?

Y uno está en el mismo medio.

Y uno debe aplicar -intuitivamente- un código de caballeros mixturado con toques bíblicos: Vas, hablás con el tipo y le decís que está equivocado.

Y que está metiendo la pata olímpicamente.

Y después tenes que hablar con otros colegas para chequear si estás en lo cierto o no. Y reiterar el concepto.

¿Y después?

Si el tipo no cambia, ¿qué hacer?

He ahí un problema.

No salís a decir nada y sos "un corporativista".

Salís a decir algo y se ofenden y te tratan de hijo de p... y otras lindezas.

Pero el caso es así. Mi colega se llama Marcelo...

Trabaja en la radio rockera que tenemos en El Terri'.

Y cuando tiene su programa exclusivo los sábados, pasa durante varias horas rock pesado.

Pero el problema es que cuando presenta el programa es capaz de decir ENFÁTICAMENTE que las tormentas de Misiones están originadas por la deforestación.

Y no se puede decir semejante... bol... pavada, perdón y seguir andando.

Mi amigo Marcelo dice que las tormentas de primavera en Misiones es porque se deforestó y porque hay represas... ¿Les suena ese discursito?

¿O debe venir Nati Oreiro a hacer mohines y así le creemos?

El problema no es decir pavadas. Nadie está libre de hacerlo. El problema es hacerlo con énfasis.

Y mi amigo y colega Marcelo sigue con el énfasis a fondo.

Le pedí al director de la radio un "breve derecho de réplica" donde podría exponer mis puntos de vista y hacerle entender a Marcelo (que es de Provincia de Bs. Aires y que está aquí hace pocos años) que en Misiones SIEMPRE que se pasaba del invierno al verano, las tormentas fueron bravas. Huracanadas, con granizo, tifones, y alguno que otro twister y etcéteras varios.

Que ese fenómeno poco tiene que ver con la deforestación y sí con efectos más globales como la corriente del Niño y de la Niña. Y con las temperaturas de las aguas en el Pacífico y el Atlántico. Y con la presión alta y presión baja. Geografía de 2do año, bah.
Nunca tuve oportunidad de hacer el derecho de réplica porque no me lo dieron. FUERA DE AIRE me dijeron... "Sí, tenés razón".
Y ahí se terminó.
Por eso vuelvo a la pregunta inicial. ¿Qué hacer en estos casos?
Por suerte, sigue quedando el atajo del blog... al menos ¿no?

lunes, 5 de abril de 2010

¿Y qué pasa cuando te piden que no publiqués?


En enero pude conocer el Duty Free de Puerto Iguazú.

Un lugar bárbaro.

Y con buenos precios.

No pude con el genio y realicé anotaciones donde pude y desplegué en una nota.

Pero no me dejaron entrar con la cámara fotográfica el lugar.

Así que cuando me iba, me presenté y entregué mis datos y el deseo de que la firma me enviara una o varias fotos del interior que es muy creativo.

Y la encargada me hizo saber que dependía de Nelson Álvarez el gerente.
Lo notable es que lo conocía a Alvarez porque habíamos compartido un congreso de turismo unos años atrás. Él representaba en ese entonces a Iguazú Argentina, la firma que explota el Parque de Cataratas. Y yo, a El Territorio, por supuesto.

Bueno, esperé y esperé.

Hasta que me llamó el jefe de marketing del diario avisándome: "No, esa nota no va".

-Pero, por qué?

-Pedido del Duty Free.

Le reclamé a Alvarez alguna explicación y la misma fue una tomada de pelo.

La nota nunca pudo ser publicada.

Y para sacarme la mufa, al menos, la publico acá.
Más allá de que no la conocían (nunca muestro mi trabajo a otros que no sean mis jefes) creo que no merecía este destino.

En fin. Por el amigo Álvarez que sí recibió a otros medios y prohibió a El Territorio, allá vamos. Estamos en la era de internet.. y como esos granos de adolescencia, lo que se reprime en un lado, salta por otro...





Duty Free: El imperio de los gustos

Puerto Iguazú (especial).
Los chorros de agua que salen de las fuentes dan la bienvenida al viajero. Así el visitante se va acercando al Duty Free y tiene una primera sensación de que se trata de un lugar relativamente pequeño.
Pero es una impresión errónea.
Adentro habrá tanto para ver que se le podrán ir varias horas en el recorrido del centro de ventas con distintos departamentos que tendrán un común denominador: apostar a satisfacer los pequeños (o grandes) placeres y gustos de los mortales. Desde los productos de electrónica hasta los juguetes pasando por los perfumes, relojes, bebidas alcohólicas de alta graduación hasta llegar a vestimentas, calzados y productos derivados del tabaco realizados de manera artesanal.
Aunque va a cumplir nueve años de existencia, el Duty Free Shop Puerto Iguazú (DFSPI) tiene una presencia mediática que se halla resaltada por Araceli González la popular actriz argentina que desde hace dos años es “la imagen” del lugar.
Pero el Duty Free Shop tiene más para festejar que los aluviones de visitantes (en especial, brasileños) que los atiborran por estos días de veraneo 2010.
Por ahí va un recién llegado desde Pato Branco del estado de Paraná con su changuito cargado con dos cajas (de doce botellas cada una) de vodka sueco Absolut. En un mes de oferta, el que se lleve al menos cuatro botellas recibirá una coctelera gratis. Bueno, este hombre se acopió de varias cocteleras evidentemente.
Así, hay más para festejar.
El DFSPI -gerenciado por el Grupo London Supply- fue elegido a fines del año pasado como el mejor Duty Free del mundo al recibir el premio Frontier Award 2009 que otorga desde hace 25 años la Editorial Frontier, esta vez en ocasión de la Tax Free World Association Exhibition que anualmente se lleva a cabo en Cannes, Francia (famosa por su festival de cine, además). Así, este galardón llega por segunda vez para este emprendimiento, y ratificó que los recibidos en 2007 no constituyeron una casualidad.
En qué consiste
Inaugurado en marzo de 2002, el Duty Free Shop se encuentra detrás del paso Fronterizo. Es necesario contar con la documentación correspondiente para salir del país para poder ingresar.
¿Qué es un Duty Free, o Free Shop? La traducción lineal da alguna idea: se trata de un negocio que vende mercaderías libres de impuestos. “Son establecimientos autorizados para la exposición y venta de mercancías nacionales y extranjeras en puertos aéreos internacionales (tipo Ezeiza) en puestos fronterizos (como el de Iguazú) y marítimos de altura”, dicen los manuales de derecho comercial internacional.
“Hay de todo y algunas cosas son tan económicas como en los comercios habituales”, señala Vanesa Cabrera una morena de ojos increíblemente claros (después aclarará que se trata de lentes de contacto, que le quedan muy bien, por otra parte). “Así tenemos este juego de tetera italiana Santini con dos tacitas y sale 21 dólares”.
Ahí cerca se aprecia una fuente de cerámica que estaba a 20 dólares y en promoción vale sólo 14 dólares.
¿Qué más se sabe su naturaleza jurídica y su justificación? Los duty free shop apuntan a que los pasajeros que salgan del país directamente al extranjero (o arriben) compren mercancías nacionales o extranjeras sin el pago de impuestos al comercio exterior ni cuotas compensatorias, siempre y cuando la entrega de dichas mercancías se realice en los puntos de salida del territorio nacional. Y además deben llevarlas consigo al extranjero o retornado a él se abonen los impuestos aduaneros correspondientes sobre la franquicia permitida. En este caso, se podrá comprar hasta 300 dólares y no se pagará impuesto alguno.
La magnitud del emprendimiento, organizado como una tienda por departamentos, con una superficie cubierta de más de 5000 metros cuadrados significó la creación de puestos de trabajo para Puerto Iguazú y localidades vecinas. “De hecho, soy Wanda –aclaró Vanesa Cabrera pero la mayoría de los que trabajamos aquí es de acá de Puerto Iguazú”.
Mundo chip
La tecnología apabulla y como diría Aldo Ferrer “nada hay más que se comoditice como los productos tecnológicos”. Pruebas al canto: Un reproductor DVD Philips está a 59 dólares. Sí, leyó bien. Y si usted es argentino, cuando retorne a Misiones no pagará nada más. Por allá, se ofrece otro DVD de marca Coby a 56 dólares.
Y apabullan otros productos. Un televisor de 42 pulgadas cuesta 899 dólares. El joven de Iguazú que atiende es rápido para los cálculos: esos 899 dólares serán unos 3470 pesos. La franquicia cubre hasta 300 dólares (es única y no acumulable). Así habrá que pagar el 50% de los impuestos por los 599 dólares restantes. Así 599 dólares por 3,86 (la cotización al momento) que da 2312 pesos pero que se divide por dos (el 50%) esto es, unos 1156 pesos. Entonces, habrá que sumar esos 3470 pesos iniciales más los 1156 pesos del cargo y darán 4626 pesos. Eso sí: habrá que tener una camioneta o baúl bien grande para llevar semejante aparato.
Un hombre con acento claramente de Buenos Aires mira las computadoras portátiles y hace cálculos. “La más barata es ésta de 429 dólares (pero hay que recordar que habrá que pagar 50% de impuestos por los 129 dólares sobre la franquicia), pero la que es buena es esta Acer, que sale 635 dólares. Es un ‘fierro’ ya que viene con doble procesador (se le dice Dual). Uno abre varios programas ‘pesados’ y es como si… nada. Es fantástica”, afirma el hombre que es ingeniero y conoce.

Con acento francés
Los locales dentro del DFS tienen diversos motivos, pero el que impacta y llama la atención es el Perfumería.
Con una impronta francesa (no hay casualidades) se accede por una fachada que es una inmensa torre Eiffel. Y adentro, allá arriba diversos motivos se pueden apreciar. Un barco con luces ‘parte’ en el río Sena y se mueve de un lado a otro. Más allá, la torre de Notre Dame se destacan. Y por allá giran las paletas del Moulin Rouge mientras las bailarinas de piernas interminables bailan su can-can. Por allá un gendarme hace sonar su silbato y una actriz recibe el asedio de los paparazzi. También se aprecia la propia Torre Eiffel. Una maravilla.
Y abajo, claro está, el mar de sensaciones fragantes. Todas las marcas aparecen y son muchs, eh. Kenzo, Jennifer Lopez, Uma Thurman expone sus largas piernas para Givenchy, mientras por allí se ve el de Estée Lauder. “En estos momentos para mujeres el preferido es la línea Carolina Herrera. Es increíble cómo llevan esta marca: fíjese en este momento no queda nada”, señala una vendedora. “Ella (Herrera) es una venezolana que se crió en Nueva York y lanzó sus perfumes en 1980. Luego su hija se estableció en Madrid y trabajan en contacto”, acotó la joven vendedora que tenía un buen background.
¿Y en varones?, quiere saber el curioso periodista.
“Y, anda muy, pero muy bien, (la firma italiana) Dolce & Gabana”, redondeó.



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