viernes, 19 de agosto de 2011

El doctor trae unas medicinas para la tristeza

Ahí viene el Doctor Casas, toma el piano y lanza unos compases bluseros tremendos.


Son los mismos que hace 30 años utilizaba un negro de vozarrón impresionante y que tocaba la trompeta. Se llamaba Louis Armstrong y le decían Satchmo.

Y comenzaba cantando: “I went down to the St. James Infirmary I saw my baby there Streched out on a cold white table, So sweet, so cold, so fair”.

Hoy Satchmo ya no está más en éste que él consideraba “What a wonderful world” y anda con su trompeta por otros pagos.

Pero Hugh Laurie insiste en que el jazz y el blues merecen otra oportunidad.

“Como cantante es muy buen actor”, dirá algún cínico por ahí.

Sin embargo, Let them talk merece un destaque.

Es verdad, el que todos conocen como el Dr House de la serie tenía este berretín: hacer música de negros.

Y el homenaje le sale bien.

Él mismo lo advierte: “No nací en Alabama en 1890. Puede que ya se hayan dado cuenta. No me alimenté con polenta ni coseché para un patrón, o anduve montado en un vagón de tren. Ninguna gitana le vaticinó algo alguna vez a mi madre cuando nací, y no hay ningún bicho satánico en mi camino… hasta donde sé. Dejen que este disco muestre lo que en realidad soy: un inglés de clase media, transgrediendo abiertamente las melodías y la música del mítico sur americano”.

Más claro, échele Coca Cola.

Amigos un disco de blues en el siglo XXI parece un despropósito. Es como pensar un disco de tangos ¡con guitarras! Interpretado por un gallego (pero no de Galicia, sino de cualquier parte de España).

no me gusta mucho la voz que tiene para blues. Aunque no canta mal. Además me cuesta mucho abstraerme del personaje, lo escucho y me parece que esta cantando un tema dentro de un capítulo del programa. Lo mismo me pasó cuando leí la novela que él escribió.

Es verdad: su voz no llega a las pantorrillas de Louie pero se defiende. Y después está la selección de temas y la calidad de los acompañantes: el guitarrista canadiense Kevin Bright sobresale junto al Steel-guitar Greg Leisz. El baterista es muy bueno y la tristeza infinita de Buddy Bolden’s Blues (homenaje al padre del Jazz, dice Laurie) o el Six cold feet donde el saxo tenor de Levon Henry la “rompe”.

En After you’ve gone el piano del propio House, perdón Laurie, junto al violín de Craig Eastman se destacan maravillosamente.

O Irma Thomas en John Henry o la vibrante Swanee River un old fold de 1851! Maravilloso, con piano, palmas y una tabla de lavar.

No se puede dejar de recomendar este maravilloso álbum, un homenaje a la música de Estados Unidos con todos los matices que puedan imaginarse

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